Carta a los Reyes Magos. Por una jubilación mejor

Queridos Reyes Magos,

Con la que está cayendo, ¡no os voy a pedir grandes cosas! Y menos para mí, que me siento muy afortunado.

Pediré para los jubilados del futuro. ¡Si existen!

Sí, para esa generación que por desgracia se le cierne un panorama muy complicado y, en cierta medida, para aquellos que pretendemos jubilarnos en los próximos 15 o 20 años.

Pequeñas cosillas que podrían evitar que nos pase como a vosotros que, aunque quisierais, no os podéis jubilar.

Una podría ser que se mejore nuestro actual sistema de pensiones para que revierta en un bien común. Pero esto se me antoja complicado, por el nivel de ineptitud de gobernantes que tenemos…

¡Claro! , ellos no van a tener este problema.

Pero mientras el Estado no sea capaz de asegurarnos una jubilación digna, ¡que no lo hará!, les pediría que adopten medidas proactivas para fomentar el ahorro finalista y no penalizarlo.

Si no son capaces de de solucionar el problema, que nos den la libertad al pueblo de buscar la solución.

Entiendo y respeto todas las ideologías, pero defiendo aquellas donde prevalece el avance en pro de mejorar la sociedad y no la de empeorarla.

No igualemos a la sociedad en la pobreza. Facilitemos las herramientas para reconducirla hacia una clase social que se gana su estatus con trabajo y esfuerzo diario.

No podemos ser una fabrica de vagos y aprovechados. Todos tenemos que remar en la misma dirección, ¿no?

Nuestro sistema nacional de pensiones lleva agonizando muchos años. Todas las políticas que se han ido adoptando han sido regresivas y dirigidas a acortar y disminuir las prestaciones públicas, aumentando la vida laboral de las personas e introduciendo variables con el fin de aminorar sus prestaciones.

De seguir así, vamos camino de cobrar una «renta básica universal» y, eso, sería injusto para los que han trabajado en demasía frente a los que apenas hayan aportado al sistema.

Si queremos tener una jubilación como la de nuestros padres, necesitamos mas incentivos fiscales que potencien los instrumentos de ahorro, mejorando su tributación a la hora de la prestación.

No estaría mal, de paso, una reforma en la legislación laboral que permita a las personas, que quieran, tener una jubilación activa, accediendo a su justa y ganada pensión, y a su vez poder seguir aportando al sistema con su trabajo y conocimiento.

¡Ah! y recordar en mi caso, “virgencita, virgencita que me quede como estoy.”